Zweig Stefan(1881-1942) Escritor austríaco
Fuente: Diccionario de Psicoanálisis.Elisabeth Roudinesco y Michel Plon
Nacido en Viena en una familia de la burguesía liberal judía, con un padre industrial textiloriginario de Moravia y una madre descendiente de judíos alemanes, Stefan Zweig vivió suinfancia y su adolescencia en medio del bienestar material y la despreocupación. De su padreheredó la discreción y el sentido de las conveniencias sociales. De su madre, la sensibilidad yuna fragilidad psicológica que a menudo lo dejaría inerme y víctima de la depresión, al tener queenfrentar los trágicos acontecimientos que signaron su vida de hombre.De sus estudios secundarios en el Maximilian Gymnasium, Zweig sólo retuvo el aburrimiento y laopresión que, más tarde, inspiraron su crítica a los métodos educativos autoritarios, represivos ehipócritas, propugnados por la burguesía vienesa. En esa época se apasionó por la música, enparticular por Johannes Bralinis (1833-1897), y por el teatro y la literatura. Emprendió estudios de filosofía en la universidad, pero con más frecuencia frecuentó los cafés, las salas deespectáculos y otros lugares de encuentro intelectual. Muy pronto puso de manifiesto su gustopor la vanguardia, asistió a los primeros conciertos de Arnold Schönberg (1874-195 l), seconvirtió en admirador de Rainer Maria Rilke (1875-1926) y más aún de Hugo von Hofmannsthal (1874-1929), a quien tomó como modelo. En 1901 Zweig obtuvo su primer éxito con una compilación de poemas, La cuerda de plata, saludada por toda la crítica de lengua alemana.Pronto alcanzaría la consagración, con la publicación de uno de sus textos en la primera páginadel prestigioso diario Neue Freie Press, en la que su nombre aparecía junto a los de los másgrandes escritores europeos del momento, muchos de los cuales se convertirían en sus amigos.Temiendo que lo embriagara esa celebridad precoz, sintiendo que Viena lo asfixiaba, Zweig viviódurante algún tiempo en Berlín, vinculándose con la intelligentsia de la capital alemana ydescubriendo, al azar de sus encuentros con jóvenes poetas y escritores, otro rostro de la vidabohemia, marcado por el hambre, el alcoholismo y la miseria. Algún tiempo después comenzó aviajar. Recorrió primero Europa, se apasionó por Italia y las costas del Mediterráneo, y despuéspartió a Asia, antes de descubrir la América Central, la Costa Este de los Estados Unidos yCanadá.Instalado en una hermosa residencia en Salzburgo, durante veinticinco años recibió allí a todoslos artistas e intelectuales de Europa. Zweig se convirtió en un escritor célebre, conocido por sugenerosidad. Sin embargo, detrás de ese éxito brillante subsistía su fragilidad psicológica.En 1908, poco después de haberse hecho amigo de Arthur Schnitzler, Zweig comenzó aintercambiar cartas con Sigmund Freud.Esa correspondencia y esa relación estuvieron impregnadas hasta el final por el entusiasmo y elafecto filial de Zweig, y una mezcla de distancia, prudencia e incluso a veces irritación por partede Freud. En los primeros años las cartas eran anodinas, en particular las de Freud. Pero en1920, cuando Zweig ya era célebre, Freud le envió una larga misiva. Acababa de recibir y leerTres maestros, obra que agrupaba tres ensayos biográficos de Zweig, dedicados a Honoré deBalzac (1799-1850), Charles Dickens (1812-1870) y Fedor Mijailovich Dostoievski (1821-1881).Después de algunas líneas elogiosas, Freud tomaba el tono de un profesor no completamentesatisfecho con el trabajo de su brillante alumno: "Si se me permite -escribió- medir supresentación con la vara más severa, diría que ha tenido un éxito completo con Balzac yDickens. Pero esto no era demasiado difícil, éstos son tipos simples, rotundos. En cambio, coneste ruso enredado, eso no se podía hacer de manera igualmente satisfactoria. Se sientenentonces faltas, así como enigmas que no han sido resueltos. [ ... ] Creo que usted no deberíahaber dejado a Dostoievski con su supuesta epilepsia. Es muy improbable que haya sidoepiléptico. Los [ ... ] grandes hombres de quienes se dice que fueron epilépticos han sidohistéricos. Creo que sobre todo Dostoievski se habría podido construir sobre la base de suhisteria." Ocho años más tarde, Freud redactó su propia versión de la historia de Dostoievski,comparando Los hermanos Karamazov con la tragedia de Edipo.En 1931 Zweig publicó un ensayo muy audaz, La curación por el espíritu, en el cual trazó lahistoria de las psicoterapias desde Franz Anton Mesmer, a su juicio el antepasado delpsicoanálisis. El contraste entre este planteo y el de Freud es sorprendente. Freud, en suartículo "Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico", omite a sus predecesores. Sevio entonces llevado a rectificar, en una carta a Zweig, lo que le parecía erróneo en su retrato yen la presentación de su obra por el escritor: "Yo podría cuestionar -le escribió- el modo en queusted subraya demasiado exclusivamente la corrección demasiado pequeño-burguesa de micarácter; con todo, el muchacho es un poco más complicado".De hecho, Freud, que conocía ese texto desde antes de su publicación, se había referido a él entérminos poco agradables en una carta a Arnold Zweig del 10 de septiembre de 1930. Evocandoel lapsus que le había hecho atribuir a Arnold el título de doctor, que en realidad quería discernirle irónicamente a Stefan Zweig, escribió: "El análisis inmediato del acto fallido me condujo naturalmente a un terreno difícil: el elemento perturbador era el otro Zweig, de quien yo sé que está incluyéndome en un ensayo que debe hacerme aparecer en público en compañía deMesmer y Mary Eddy Baker. En los últimos seis meses, me ha dado una seria razón dedescontento."En dos oportunidades más, Stefan Zweig le dio a Freud razones para estar descontento.Primero, al emprender gestiones para hacerle otorgar el Premio Nobel, y después cuando asociópor error su nombre con el de Carl Gustav Jung, sobre un cartel que anunciaba una conferenciade Charles Emil Maylan (1886-?). Autor de un libro antisemita sobre Freud, Maylan sostenía que el psicoanálisis era la expresión de una venganza de los judíos humillados, contra Roma y elcatolicismo...Con el correr del tiempo, la relación entre los dos hombres fue mejorando. Zweig continuómanifestándole a Freud su admiración y su fidelidad. En 1938 lo recibió en Londres con algunaspalabras respetuosas; poco tiempo después lo visitó acompañado de algunos amigos, entre ellosSalvador Dalí (1904-1989). El pintor bosquejó entonces dos retratos del maestro que StefanZweig no tuvo el valor de mostrarle -a tal punto estaba la muerte presente en ellos-. Después deesta visita, Freud le escribió a Zweig: "Verdaderamente debo agradecerle que haya traído a micasa a los visitantes de ayer. Pues hasta ayer yo me inclinaba a considerar a los surrealistas,que parecen haberme elegido como santo patrono, unos locos absolutos (digamos al 95 porciento, como se dice del alcohol)."En 1940, exiliado en Nueva York, Zweig inició la redacción de sus memorias, El mundo de ayer.En ese libro impregnado de una nostalgia y una melancolía que permiten presagiar la tragediafinal, trazó uno de los más bellos retratos de Freud que se hayan escrito: "Fue en Viena, en laépoca en que él era calificado de pensador caprichoso, obstinado y difícil, y detestado como tal,donde conocí a Sigmund Freud, ese espíritu grande y severo, que más que ningún otro en estaépoca ha profundizado y ampliado el conocimiento del alma humana. Fanático de la verdad peroal mismo tiempo perfectamente consciente de los límites de toda verdad [ ... ] se habíaaventurado en esas zonas, inexploradas y temerosamente evitadas, del mundo demasiadoterrestre y subterráneo de las pulsiones, es decir, en la esfera que esa época había declaradosolemnemente «tabú» [....]. Por primera vez descubrí a un verdadero sabio, que se había elevadopor encima de su propia situación, que ni siquiera percibía ya el sufrimiento y la muerte como una experiencia personal, sino como objetos de consideración que superaban a su persona; nomenos que su vida, su muerte fue una hazaña moral."El 22 de febrero de 1942, seis meses después de haberse instalado en la ciudad brasileña dePetrópolis, Stefan Zweig se suicidó junto con su joven esposa, Lotte Altmann, tomandocomprimidos de veronal.
Fuente: Diccionario de Psicoanálisis.Elisabeth Roudinesco y Michel Plon
Nacido en Viena en una familia de la burguesía liberal judía, con un padre industrial textiloriginario de Moravia y una madre descendiente de judíos alemanes, Stefan Zweig vivió suinfancia y su adolescencia en medio del bienestar material y la despreocupación. De su padreheredó la discreción y el sentido de las conveniencias sociales. De su madre, la sensibilidad yuna fragilidad psicológica que a menudo lo dejaría inerme y víctima de la depresión, al tener queenfrentar los trágicos acontecimientos que signaron su vida de hombre.De sus estudios secundarios en el Maximilian Gymnasium, Zweig sólo retuvo el aburrimiento y laopresión que, más tarde, inspiraron su crítica a los métodos educativos autoritarios, represivos ehipócritas, propugnados por la burguesía vienesa. En esa época se apasionó por la música, enparticular por Johannes Bralinis (1833-1897), y por el teatro y la literatura. Emprendió estudios de filosofía en la universidad, pero con más frecuencia frecuentó los cafés, las salas deespectáculos y otros lugares de encuentro intelectual. Muy pronto puso de manifiesto su gustopor la vanguardia, asistió a los primeros conciertos de Arnold Schönberg (1874-195 l), seconvirtió en admirador de Rainer Maria Rilke (1875-1926) y más aún de Hugo von Hofmannsthal (1874-1929), a quien tomó como modelo. En 1901 Zweig obtuvo su primer éxito con una compilación de poemas, La cuerda de plata, saludada por toda la crítica de lengua alemana.Pronto alcanzaría la consagración, con la publicación de uno de sus textos en la primera páginadel prestigioso diario Neue Freie Press, en la que su nombre aparecía junto a los de los másgrandes escritores europeos del momento, muchos de los cuales se convertirían en sus amigos.Temiendo que lo embriagara esa celebridad precoz, sintiendo que Viena lo asfixiaba, Zweig viviódurante algún tiempo en Berlín, vinculándose con la intelligentsia de la capital alemana ydescubriendo, al azar de sus encuentros con jóvenes poetas y escritores, otro rostro de la vidabohemia, marcado por el hambre, el alcoholismo y la miseria. Algún tiempo después comenzó aviajar. Recorrió primero Europa, se apasionó por Italia y las costas del Mediterráneo, y despuéspartió a Asia, antes de descubrir la América Central, la Costa Este de los Estados Unidos yCanadá.Instalado en una hermosa residencia en Salzburgo, durante veinticinco años recibió allí a todoslos artistas e intelectuales de Europa. Zweig se convirtió en un escritor célebre, conocido por sugenerosidad. Sin embargo, detrás de ese éxito brillante subsistía su fragilidad psicológica.En 1908, poco después de haberse hecho amigo de Arthur Schnitzler, Zweig comenzó aintercambiar cartas con Sigmund Freud.Esa correspondencia y esa relación estuvieron impregnadas hasta el final por el entusiasmo y elafecto filial de Zweig, y una mezcla de distancia, prudencia e incluso a veces irritación por partede Freud. En los primeros años las cartas eran anodinas, en particular las de Freud. Pero en1920, cuando Zweig ya era célebre, Freud le envió una larga misiva. Acababa de recibir y leerTres maestros, obra que agrupaba tres ensayos biográficos de Zweig, dedicados a Honoré deBalzac (1799-1850), Charles Dickens (1812-1870) y Fedor Mijailovich Dostoievski (1821-1881).Después de algunas líneas elogiosas, Freud tomaba el tono de un profesor no completamentesatisfecho con el trabajo de su brillante alumno: "Si se me permite -escribió- medir supresentación con la vara más severa, diría que ha tenido un éxito completo con Balzac yDickens. Pero esto no era demasiado difícil, éstos son tipos simples, rotundos. En cambio, coneste ruso enredado, eso no se podía hacer de manera igualmente satisfactoria. Se sientenentonces faltas, así como enigmas que no han sido resueltos. [ ... ] Creo que usted no deberíahaber dejado a Dostoievski con su supuesta epilepsia. Es muy improbable que haya sidoepiléptico. Los [ ... ] grandes hombres de quienes se dice que fueron epilépticos han sidohistéricos. Creo que sobre todo Dostoievski se habría podido construir sobre la base de suhisteria." Ocho años más tarde, Freud redactó su propia versión de la historia de Dostoievski,comparando Los hermanos Karamazov con la tragedia de Edipo.En 1931 Zweig publicó un ensayo muy audaz, La curación por el espíritu, en el cual trazó lahistoria de las psicoterapias desde Franz Anton Mesmer, a su juicio el antepasado delpsicoanálisis. El contraste entre este planteo y el de Freud es sorprendente. Freud, en suartículo "Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico", omite a sus predecesores. Sevio entonces llevado a rectificar, en una carta a Zweig, lo que le parecía erróneo en su retrato yen la presentación de su obra por el escritor: "Yo podría cuestionar -le escribió- el modo en queusted subraya demasiado exclusivamente la corrección demasiado pequeño-burguesa de micarácter; con todo, el muchacho es un poco más complicado".De hecho, Freud, que conocía ese texto desde antes de su publicación, se había referido a él entérminos poco agradables en una carta a Arnold Zweig del 10 de septiembre de 1930. Evocandoel lapsus que le había hecho atribuir a Arnold el título de doctor, que en realidad quería discernirle irónicamente a Stefan Zweig, escribió: "El análisis inmediato del acto fallido me condujo naturalmente a un terreno difícil: el elemento perturbador era el otro Zweig, de quien yo sé que está incluyéndome en un ensayo que debe hacerme aparecer en público en compañía deMesmer y Mary Eddy Baker. En los últimos seis meses, me ha dado una seria razón dedescontento."En dos oportunidades más, Stefan Zweig le dio a Freud razones para estar descontento.Primero, al emprender gestiones para hacerle otorgar el Premio Nobel, y después cuando asociópor error su nombre con el de Carl Gustav Jung, sobre un cartel que anunciaba una conferenciade Charles Emil Maylan (1886-?). Autor de un libro antisemita sobre Freud, Maylan sostenía que el psicoanálisis era la expresión de una venganza de los judíos humillados, contra Roma y elcatolicismo...Con el correr del tiempo, la relación entre los dos hombres fue mejorando. Zweig continuómanifestándole a Freud su admiración y su fidelidad. En 1938 lo recibió en Londres con algunaspalabras respetuosas; poco tiempo después lo visitó acompañado de algunos amigos, entre ellosSalvador Dalí (1904-1989). El pintor bosquejó entonces dos retratos del maestro que StefanZweig no tuvo el valor de mostrarle -a tal punto estaba la muerte presente en ellos-. Después deesta visita, Freud le escribió a Zweig: "Verdaderamente debo agradecerle que haya traído a micasa a los visitantes de ayer. Pues hasta ayer yo me inclinaba a considerar a los surrealistas,que parecen haberme elegido como santo patrono, unos locos absolutos (digamos al 95 porciento, como se dice del alcohol)."En 1940, exiliado en Nueva York, Zweig inició la redacción de sus memorias, El mundo de ayer.En ese libro impregnado de una nostalgia y una melancolía que permiten presagiar la tragediafinal, trazó uno de los más bellos retratos de Freud que se hayan escrito: "Fue en Viena, en laépoca en que él era calificado de pensador caprichoso, obstinado y difícil, y detestado como tal,donde conocí a Sigmund Freud, ese espíritu grande y severo, que más que ningún otro en estaépoca ha profundizado y ampliado el conocimiento del alma humana. Fanático de la verdad peroal mismo tiempo perfectamente consciente de los límites de toda verdad [ ... ] se habíaaventurado en esas zonas, inexploradas y temerosamente evitadas, del mundo demasiadoterrestre y subterráneo de las pulsiones, es decir, en la esfera que esa época había declaradosolemnemente «tabú» [....]. Por primera vez descubrí a un verdadero sabio, que se había elevadopor encima de su propia situación, que ni siquiera percibía ya el sufrimiento y la muerte como una experiencia personal, sino como objetos de consideración que superaban a su persona; nomenos que su vida, su muerte fue una hazaña moral."El 22 de febrero de 1942, seis meses después de haberse instalado en la ciudad brasileña dePetrópolis, Stefan Zweig se suicidó junto con su joven esposa, Lotte Altmann, tomandocomprimidos de veronal.
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