Umberto Eco - Signo

El estudio de los signos se presenta como una ciencia omnicomprensiva; desde que se concibió la semiología o la semiótica en nuestro siglo, se ha postulado como una ciencia que incorpora toda la experiencia y todo el saber, ya que todo es signo, todo tiene esa doble faz de significante-significado (que puede también traducirse en términos de lo sensible y de lo inteligible): lo que sirve de signo suele llamarse "significante", mientras que a aquello a lo que se refiere el signo —aquello que da a conocer— se le llama "significado". Umberto Eco llega a formulare en su máxima radicalidad —si bien a modo de hipótesis— una interpretación estrictamente sígnica del mundo: "¿Y si el mundo entero y las cosas no fueran más que signos imperfectos de interpretantes externos, del mundo de las ideas? Toda la teoría platónica no es más que una doctrina del signo y de su referente metafísico (...). ¿Y si el mundo fuera el efecto de un designio divino que construye la naturaleza para poder hablar al hombre? (...). El universo es una teofanía: Dios que se manifiesta por signos, que son las cosas, y por medio de éstas nos encamina hacia la salvación".

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