No me sorprende que los seguidores de Heidegger pongan a parir a Mario Bunge. Es que Mario Bunge no se corta un pelo a la hora de criticar a Heidegger. Por ejemplo, en la introducción de este libro dice:
Los antianalíticos han hecho algo mucho peor: han reemplazado la investigación filosófica por una retórica dogmática, tan opaca que resulta casi ilegible. De paso han mutilado el idio alemán y las lenguas a las que se ha “traducido” a los antianalíticos germanos. Éste es el legado de Husserl y Heidegger.
Lo de opaco es lo menos que se puede decir según mi limitada experiencia en leer a Heidegger. Más adelante, dice:
Por ejemplo, la oración de Heidegger “El tiempo es la maduración de la temporalidad” es una oración pero, puesto que carece de significado, no expresa una proposición. No tiene sentido y, por lo tanto, no es verdadera ni falsa. vale tanto como valdría “El espacio es la putrefracción de la espacialidad”. Es propia de un escribidor, no de un pensador.
Y en cuanto al positivismo, también se despacha a gusto en cuanto sale a relucir.
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