A mediados de los ’60 la burocracia checoslovaca todavía se permitía "soportar" a Kosik mientras se planteaba una política cultural de "apertura" hacia la intelectualidad occidental. En septiembre de 1964, por ejemplo, aparece en Praga la segunda edición de Dialéctica de lo concreto. Por entonces a Kosík se le permite publicar libremente sus ensayos y libros y discutir sus artículos. En esos mismos años, Jean-Paul Sartre visita Praga. Para homenajearlo, la revista Plamen de aquella ciudad organiza un coloquio para discutir la noción de "decadencia" y la obra de Kafka (hasta ese momento rechazado por la doctrina oficial del realismo socialista debido a su pesimismo radical). En ese coloquio participan, junto a Sartre, el marxista austríaco Ernest Fischer, el ensayista checo Jiri Hasek, el traductor al checo de las obras de James Joyce Adolf Hoffmeister, los escritores Petr Pukman, Milan Kundera y el profesor de literatura alemana Eduard Goldstücker.
Este último, presidente de la Unión de Escritores checos, cuando visita Brasil en 1966 señala a Dialéctica de lo concreto como la principal obra filosófica publicada en aquella década en Checoslovaquia.
En el filo de 1968, cuando todo se trastoca y se fractura en Checoslavaquia, Kosík publica en Francia un pequeño pero brillante texto titulado "El individuo y la historia"
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