Yo-Placer - Yo-Realidad

Yo-Placer - Yo-Realidad

Al.: Lust-lch - Real-Ich.
Fr.: moi-plaisir - moi-réalité.
Ing.: pleasure-ego - reality-ego.
It.: io-piacere - io-realtá.
Por.: ego-prazer - ego-realidade.


Fuente

Diccionario de Psicoanálisis
Jean Laplanche
Jean Bertrand Pontalis
Bajo la Dirección de Daniel Lagache


Términos utilizados por Freud aludiendo a una génesis de la relación del sujeto con el mundoexterior y del acceso a la realidad. Ambos términos se oponen siempre entre sí, pero conacepciones demasiado distintas para que se pueda proponer una definición unívoca de ellos, ycon significaciones que se imbrican demasiado para ser fijadas en múltiples definiciones. La oposición entre yo-placer y yo-realidad fue adelantada por Freud principalmente en:Formulaciones sobre los dos principios del funcionamiento psíquico (Formulierungen über diezwei Prinzipien des psichischen Geschehens, 1911), Las pulsiones y sus destinos (Triebeund Triebschicksale, 1915), y La negación (Die Verneinung, 1925). Señalemos, ante todo, queestos trabajos, que corresponden a distintos momentos del pensamiento de Freud, muestran, sinembargo, una continuidad entre sí y no tienen absolutamente en cuenta las modificacionesaportadas a la definición del yo con motivo del paso de la primera a la segunda tópica.1.° En las Formulaciones sobre los dos principios del funcionamiento psíquico, la oposiciónentre yo-placer y yo-realidad se pone en relación con la existente entre principio de placer yprincipio de realidad. Freud utiliza aquí los términos de Lust-Ich y Real-Ich para designar laevolución de las pulsiones del yo. Las pulsiones, que, en un principio, funcionan según elprincipio de placer, se someten progresivamente al principio de realidad, pero esta evolución esmenos rápida y menos completa para las pulsiones sexuales, más difíciles de «educar» que laspulsiones del yo. «Al igual que el yo-placer no puede hacer otra cosa que desear, trabajar paraconseguir el placer y evitar el displacer, el yo-realidad no tiene más misión que tender hacia lo útily asegurarse contra los daños». Señalemos que el yo se considera aquí esencialmente desde elpunto de vista de las pulsiones que, según se cree, le proporcionan un soporte energético;yo-placer y yo-realidad no son dos formas radicalmente distintas del yo, sino que definen dosmodos de funcionamiento de las pulsiones del yo, según el principio de placer y según elprincipio de realidad.2.° En Las pulsiones y sus destinos, el punto de vista es también genético, pero lo que seconsidera no es la articulación de un principio con el otro ni la evolución de las pulsiones del yo,sino la génesis de la oposición sujeto (yo)-objeto (mundo exterior), en cuanto es correlativa de laoposición placer-displacer.Dentro de esta perspectiva, Freud distingue dos etapas: en la primera, el sujeto «[...] coincidecon lo que es placentero, y el mundo exterior con lo que es indiferente»; en la segunda, el sujetoy el mundo exterior se oponen como lo que es placentero a lo que es displacentero. El sujeto, enla primera etapa, es calificado de yo-realidad; en la segunda, de yo-placer; como puede verse, lasucesión de los términos es inversa a la del texto anterior, pero estos términos, y especialmenteel de yo-realidad, se toman en un sentido distinto: la oposición entre yo-realidad y yo-placer sesitúa aquí previamente a la introducción del principio de realidad; el paso del yo-realidad alyo-placer «se realiza bajo la supremacía del principio de placer».Este «yo-realidad del principio» es calificado así por Freud debido a «[...] que distingue interior yexterior según un buen criterio objetivo», afirmación que podría entenderse del siguiente modo:constituye una posición inicial objetiva la de relacionar con el sujeto las sensaciones de placer y de displacer, sin hacer de ellas cualidades del mundo exterior que en sí es indiferente.¿Cómo se constituye el yo-placer? El sujeto, al igual que el mundo exterior, se halla escindido enuna parte placentera y una parte displacentera; de ello resulta una nueva repartición, de formaque el sujeto coincide con todo lo placentero y el mundo con todo lo displacentero; estarepartición se efectúa mediante una introyección de la parte de los objetos del mundo exteriorque es fuente de placer, y una proyección al exterior de lo que, en el interior, es ocasión dedisplacer. Esta nueva posición del sujeto permite definirlo como «yo-placer purificado», estandotodo lo displacentero fuera.Vemos, pues, que en Las pulsiones y sus destinos el término «yo-placer» no significa yasolamente un yo regido por el principio de displacer-placer, sino un yo identificado con loplacentero en contraposición a lo displacentero. Dentro de esta nueva acepción, lo que secontrapone siguen siendo dos etapas del yo, pero esta vez definidas por una modificación de sulímite y de sus contenidos.3.° En La negación, Freud continúa utilizando la distinción entre yo-placer y yo-realidad, y ellodentro de la misma perspectiva que en el texto anterior: ¿cómo se constituye la oposiciónsujeto-mundo exterior? La expresión de «yo-realidad del principio» no es recogida literalmente;sin embargo, no parece que Freud haya renunciado a esta idea, puesto que afirma que, desdeun principio, el sujeto dispone de un acceso objetivo a la realidad: «En el origen, la existencia dela representación es una garantía de la realidad de lo representado».El segundo tiempo, el del «yo-placer», se describe en los mismos términos que en Las pulsionesy sus destinos: «El yo-placer originario [...] desea introyectarse todo lo que es bueno y expulsarde sí todo lo que es malo. Para él, lo malo, lo extraño al yo, lo que está fuera, son al principioidénticos».El «yo-realidad definitivo» correspondería a un tercer tiempo, aquel en que el sujeto intentaencontrar en el exterior un objeto real que corresponda a la representación del objetoprimitivamente satisfactorio y perdido (véase: Experiencia de satisfacción): esto corresponde ala prueba de realidad.Este paso del yo-placer al yo-realidad depende, como en las Formulaciones sobre los dosprincipios del funcionamiento psíquico, de la instauración del principio de realidad.La oposición entre yo-placer y yo-realidad jamás fue integrada por Freud en el conjunto de susconcepciones metapsicológicas, y especialmente en su teoría del yo como instancia del aparatopsíquico. Sin embargo, es evidente el interés de establecer tal articulación; este enfoquefacilitaría la solución de cierto número de dificultades de la teoría psicoanalítica del yo: 1.ª los puntos de vista freudianos sobre la evolución del yo-placer - yorealidad constituyen unatentativa de establecer una mediación, una génesis, aunque sea mítica, entre el individuobiopsicológico (que, a nuestro modo de ver, puede asimilarse el «yo-realidad del principio»establecido por Freud) y el yo como instancia;2.ª atribuyen dicha génesis a operaciones psíquicas primitivas de introyección y de proyección,mediante las cuales se constituye el límite de un yo que comporta un interior y un exterior;3.ª tienen el mérito de disipar el equívoco (que no ha cesado de gravitar sobre la teoríapsicoanalítica) inherente a términos como el de narcisismo primario, en la medida en que amenudo se entiende por tal un hipotético estado originario durante el cual el individuo no tendríaacceso alguno, ni siquiera rudimentario, al mundo exterior.

1 comentario:

Anónimo dijo...

fantastico, PsiKolibro,--- te escribo desde Corrientes- Argentina , importaqnte para profundizar conocimientos y de ayuda para los primeros pasos en la facultad