Jurgen Habermas - Ciencia y Tecnica Como Ideologia

Habermas enjuicia la ciencia técnica como ideología. A tales efectos nuestro autor trata la cuestión en una doble perspectiva: En la historia de la evolución de la humanidad y en la disputa reciente sobre la técnica en Alemania.
Históricamente, el significado actual de la técnica arranca de la transformación social que produjo la burguesía frente a los tipos de sociedades medievales, así como de las nuevas transformaciones que se producen en la transición del Estado liberal al Estado social y del tipo de ciencia que se desarrolla en el ámbito industrial. En todo esto, las categorías básicas para el análisis habermasiano son trabajo e interacción en su autonomía recíproca.
Es así como nuestro autor define el trabajo como "una acción medio-fin que para conseguir tal o cual fin, has de utilizar estos y los otros medios". En la acción medio-fin, distingue dos modalidades: la acción instrumental y la acción estratégica (elección racional).
En cuanto a la disputa sobre la técnica en Alemania, las cuales estuvieron focalizadas o centradas en Jacques Ellul, Arnold Gehlen y Hebert Marcuse, Habermas se interesa especialmente por el proceso histórico que acabamos de mencionar. Nuestro autor discute fundamentalmente dos posiciones, a saber: Una, liberal y la otra, conservadora.
La interpretación liberal de la técnica descansa en que el hombre tiene aún en sus manos la dirección del progreso técnico y ve en éste, la posibilidad de la libertad subjetiva: exoneración del trabajo físico, eliminación de riesgos, marco más amplios entre medios alternativos, ampliación del ámbito de conducta racional, posibilidad de darle un sentido a la historia, pues de suyo carece de sentido. Sin embargo, Haberlas objeta a esta interpretación un desconocimiento de la situación fáctica, en la que no se permite la formación de una libre voluntad colectiva.
En la interpretación conservadora, nuestro autor se refiere a las posiciones asumidas por Geblen y Ellul-Shelsky. El primero manifiesta que el hombre a través de la evolución técnica, el hombre ha objetivado progresivamente sus acciones en las máquinas: pies y manos en los medios de locomoción, vista y oído en los medios audiovisuales y el cerebro en los sistemas cibernéticos. Finalmente, en los sistemas hombres-máquinas se conjugan las acciones mecánicas y las reacciones humanas.
Desea reestablecer la interacción en su autonomía frente al trabajo, es decir, la participación de los ciudadanos en las decisiones políticas. Pero deja en el aire un aspecto del asunto: el materialismo, el confort, poder adormecedor de la sociedad de consumo, el cual es consecuencia directa de la declinación de los aspectos espiritualistas o idealistas. Habermas cree que los antiguos ideales han muerto, pero cree también que se mantiene en pie el ideal por la emancipación.

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